"EL HERMANO MAYOR"
EL MAESTRO, EL AMIGO, EL SENDERO…!No. 68



PROLOGO

Nacer de nuevo para algunos aún constituye un misterio. Para los Iniciados la vida es todo un ciclo llena de constantes muertes y nacimientos, el Gurú Pablo "San Pablo" decía: "cada día nazco, cada día muero", es en vida que realmente mueren nuestras taras, dominamos nuestros instintos (simbolizado por los animales del nacimiento de navidad), así en ese caminar, poco a poco y gracias a las experiencias que vivimos día a día, nos vamos proyectando hacia una vida superior a través de este proceso alquímico espiritual; luego un día despertamos y nos convertimos en pequeños niños Dios (nacimiento de la conciencia Crística en los hombres), aprendemos lo que es ser humilde (pesebre), bajo la luz del Maestro que nos guía, nuestro Padre espiritual (José) y con el sustento diario de nuestra Madre Naturaleza que nos provee de todo lo que podamos necesitar para realizarnos (María), así vamos abriendo nuestros ojos y nuestros oídos, convirtiéndonos en personas "libres y de buenas costumbres" como dicen los hermanos masones, no como una simple frase filosofal, sino que vivimos en carne propia este nuevo estado de conciencia como hermanos NO-VICIOS, recibiendo la visita de aquellos "Magos" (Maestros de la Tradición) que vienen a reconocer al nuevo candidato, al niño Dios, a adorarle y venerarle, ¿por qué? porque todo nacimiento en lo espiritual, es digno de júbilo, ya que es un logro espiritual en la evolución del Planeta.

Nuestras sinceras felicitaciones a todos los hermanos Getulses que día a día se esfuerzan en su trabajo de espiritualizar a la humanidad con el ejemplo de sus vidas, lo cual permite ir imantando a los seres humanos para lograr una verdadera transformación de sus conciencias; resultado: un mundo nuevo, un mundo lleno de paz, amor, comprensión y tolerancia.

Con el mayor respeto hacia EL y todos los Seres de Luz, que apoyan el legado de los MAESTRES, fraternalmente, PAX.!

Ga. Carlos Santos Puig

Guayaquil, Ecuador - 25 de Diciembre del 2.004 -

¡FELIZ NATIVIDAD CRÍSTICA - DÍA DEL "NO-VICIO" GETULS!


En memoria...

(Tomado de la pag. web de la S.O.A.)

*Cuando el Maestre de la Ferrière arriba al aeropuerto de Maiquetía, cercano de Caracas, a Venezuela, un sábado lluvioso, el 17 de enero de 1948, portando un pasaporte diplomático, es recibido por una pareja de discípulos franceses que habían viajado desde Francia por otra vía, para preparar su llegada. En el mismo aeropuerto el Maestre es abordado por la prensa local; los periódicos ‘El Nacional’ y “El Sol” de Caracas publican las entrevistas.

Por medio de estas primeras entrevistas el domingo 18 de enero, a las 10.00 horas, quien se convertiría en su primer discípulo se entera de su llegada al leer la nota periodística del diario ‘El Sol’:

En ese momento se encontraba en el lugar donde se reunía semanalmente con sus discípulos, entre ellos quien fuera unos años más tarde el Venerable Sat Arhat Juan Víctor Mejías. La casa era propiedad del Maestre Estrada y la utilizaba para sus reuniones y para habitación de unos parientes. Posteriormente, esta propiedad sería donada por el Maestre Estrada a la Gran Fraternidad Universal para edificar la sede central del movimiento. El Maestre de la Ferrière aceptó esta donación tanto por su aspecto práctico, como por ser el lugar en donde se le esperaba desde hacía diez años y donde se le reconoció por primera vez como Maestre.

La importancia del encuentro entre los dos Maestres en la que estuvo siempre presente el Maestro Mejías es fundamental para entender a la GFU, ya que los tres ocupan un lugar de primer orden en la construcción de la Institución.

A los dos días siguientes de esta entrevista, el 20 de enero de 1948 a las 20.30 horas, en el ‘Hotel Royal’ ubicado en la Parroquia (barrio) ‘la Pastora’, donde se hospedaba, el Maestre de la Ferrière recibe a una delegación encabezada por el Maestre José Manuel Estrada.

El grupo había formado parte de la Iglesia Católica Liberal, dirigido por el Maestre Estrada. Esta organización tuvo sus orígenes en la Iglesia Janseísta, llamada así por el obispo Cornelius Jansen (1585-1638), teólogo holandés cuyo pensamiento está plasmado en su libro Augustinus. Después se llamó Antigua Iglesia Católica, y fue dirigida por Arnold Harris Mathews en Inglaterra. En esta institución esotérico religiosa, desde principios de siglo se ordenaron como sacerdotes muchos ex-ministros anglicanos y teósofos. En 1918 cambió su nombre por el de Iglesia Católica Liberal, separándose de la Iglesia de Roma. Esta institución era dirigida totalmente por teósofos, y tenía entre sus objetivos la difusión de las enseñanzas teosóficas así como preparar la venida del gran Instructor.

El Maestre Estrada narró con detalle este primer encuentro con su Maestre:

“... al entrar al hotel nos recibe un francés alto, enjuto, con la frente tan angosta que el pelo parecía que le caía sobre las cejas. Todos creíamos que teníamos de frente al famoso astrólogo, sin embargo, yo presentí rápidamente antes de que nos hablase que aquel no era el hombre que yo esperaba y abrigaba la esperanza de que algo ocurriera que me diera la razón. Efectivamente, aquel enjuto francés nos preguntó en muy mal español: ¿vienen a conocer al Maestro? Nuestra respuesta fue afirmativa, y él nos contestó: por favor esperen, ya viene.

Momentos después aparece, al abrirse la puerta del fondo, la figura de un hombre en toda la extensión del vocablo. Era alto, perfectamente recto, de modales varoniles pero distinguidos, exquisitos si cabe la palabra. El rostro indescriptible; se leía en aquellos sus ojos pardos-claros todo el amor y la sabiduría de los siglos, el semblante nazareno, de tez amarilla como la cera. Sonrió por un momento al llevarse la mano izquierda al plexo solar y con un rictus de alegría y tristeza en los labios, extendiéndonos la mano derecha, nos dejó oír su voz suave ofreciéndonos estos dos primeros vocablos: La Ferrière... Diciendo esta frase, nos apretó (las manos) con firmeza, y para mí comenzó una nueva vida” (6,588)

“Después habló algún tiempo con uno de mis discípulos en inglés, durante el cual nosotros no perdíamos un detalle de sus manos, piel, barba crística rubia, un tanto acanalada cerca de las orejas; (tenia) el pelo no muy largo pero ondulado, del color de la barba; los pies calzaban sandalias. Usaba camisa y pantalón blancos de lino; demostraba ser portador de una profunda sabiduría.

Al terminar de hablar con mi discípulo a quien llamábamos ‘Sonamir, el sembrador’, se volteó hacia mí y me dijo: ‘¿y usted, qué me dice? Le contesté: hace diez años que le estoy esperando en compañía de un grupo formado para usted. Ignoraba de dónde habría de venir, ni cómo se llamaría, pero estaba seguro, Maestro, de que nos encontraríamos; estaba seguro de que usted vendría; tengo un grupo, pues, que está a su disposición.

Él me preguntó: ¿cómo se llama y qué día nació? Le complací en sus preguntas y pidiéndole a su esposa un aparato que usaba para determinar la posición de los planetas en determinada fecha, me dijo: es con usted que me interesa tener trato en Venezuela..., los demás son secundarios” (6,190/588)

“Tres días después de aquella reunión donde me regaló una foto suya que tenía por dedicatoria pasajes bíblicos, se hizo una reunión de masones, rosacruces y teósofos, quienes se juntaron para hacerle preguntas y tratar de calarlo... No obstante, en aquella reunión en donde también había discípulos míos, se planteó el problema de sacarlo de aquel hotel por no tener posibilidades para permanecer allí.

Así se arregló su salida para la casa de un hermano de mi grupo que vivía en ‘El Limón’, cerca de lo que hoy es el Ashram. Allí se desarrolló su misión en forma muy humilde, pero sin faltarle lo indispensable, ya que los hermanos se comprometieron a ayudarle de acuerdo con sus posibilidades, aunque aquellos tiempos eran muy difíciles...” (6,81)

Ese discípulo del Maestre Estrada que le brindó al Maestre de la Ferrière su casa era ‘el hermano Sonamir’. Él es recordado de manera especial por el gesto de hospedar al Maestre en los inicios de la GFU, así como por ser el autor de la ‘Oración Universal’ que después fue adoptada por los discípulos del Maestre.

El Maestre parte el día 31 de enero al poblado llamado ‘El Limón’ que se encuentra a siete kilómetros de Maracay, estado de Aragua, donde funda el primer Ashram de la GFU. En este lugar prepararía a sus tres discípulos más avanzados, que posteriormente él mismo reconocería e instruiría como Gurus (Maestros): José Manuel Estrada, Juan Víctor Mejías y Alfonso Gil Colmenares; éste último se encontró con el Maestre un año más tarde, en 1949.
Este primer Ashram de ‘El Limón’ se estableció de manera muy sobria y sencilla, y contaba apenas con un par de cabañas de campo con piso de tierra. Ahí el Maestre llevó a cabo una vida cotidiana inspirada, realizando sus disciplinas de yoga, la enseñanza a los discípulos y su actividad como escritor.

Lo acompañaron días después de su llegada a ese Ashram sus discípulos Juan Víctor Mejías e Ismael Pacheco, mismos que junto al Maestre Estrada fueron los primeros miembros de la Gran Fraternidad Universal, así como los primeros a los que el Maestre les reconoció su desarrollo personal, otorgándoles el primer grado Iniciático.

El Maestre Estrada recordó en uno de sus comunicados cómo era la vida diaria del Maestre de la Ferrière en ese primer Ashram:

“Aquel hombre en lo social era todo un caballero; era excepcional su figura, su presencia, de alta estatura, perfectamente recto, de tez de cera; un hombre de pelo rubio sin ser demasiado largo, de barba algo hirsuta pero amarilla y con un poco de canela en las patillas. Tenía una mirada verdaderamente imponente sin ser dura, dulce a la vez que fuertemente expresiva. Poseía un magnetismo tal en su rostro, un hechizo para aquellos que se le acercaban, que era muy rara la persona que hablase directamente con él, en forma seria, que no le quedase grabado su rostro en su imaginación.

Recuerdo que sus discípulos llegamos todos a decir esto: ¿Qué será que tiene el Maestre que no se me quita de la mente? Todos decíamos lo mismo, hasta que un día en el Colegio Iniciático le preguntamos a él: ‘Maestro, por qué ocurre esto, que a usted lo tenemos constantemente aquí en la frente?’ Él contestó estas palabras: ‘Si esto no fuese así, ni vosotros seríais unos discípulos ni yo sería un Maestro’...” (6,401)

Las personas que convivieron con el Maestre en esta época afirman que él vivía de una manera por demás sencilla, en contacto directo tanto con sus discípulos como con los visitantes. Comía con todos y dedicaba parte de su tiempo, además de las disciplinas por él adoptadas, a escribir sus textos, a dar enseñan zas a sus discípulos y atender a los asistentes en consultas personales.

El día 21 de marzo de 1948 el Maestre realiza una Ceremonia especial para dar inicio formal a este nuevo periodo histórico que él había venido señalando y que llamó la Era del Acuarius.
La estancia del Maestre en Venezuela va del 17 de enero de 1948 al 2 de junio de 1949 (503 días) En este periodo prepara principalmente a sus tres discípulos directos y está dedicado, además de las prácticas ashrámicas tradicionales, a dar consultas de medicina (curación por magnetismo) por las cuales él no cobra, a la elaboración de su literatura, y a la realización semanal de viajes a la capital venezolana:

“Durante la etapa de la vida en el Ashram en ‘El Limón’, el Maestre viajó los viernes a Caracas para atender tres actividades fijas: la Escuela Iniciática, el Ceremonial Cósmico en el Templo los domingos y el Consejo Supremo. También daba conferencias en el ámbito universitario, charlas en Templos Masónicos (en una ocasión llevó una rama de acacia con su significado especial para la masonería) y asistió al oficio de un Alto sacerdote de la Iglesia Católica Liberal en la Iglesia de San Clemente Parois... Cuando iba a Caracas se reunía con un grupo de hermanos en el Edificio Orinoco” (7,68/69)

El Maestro Mejías nos narra su experiencia en la vida cotidiana junto al Maestre:

“Es necesario vivir a puerta cerrada con el Maestre para conocer lo que representa él. En las pequeñas, íntimas incidencias de la vida diaria, obtenemos usualmente reveladores vislumbres del carácter de un hombre: podría escribir volúmenes con tales detalles íntimos de la vida del Maestre; todos muestran la auténtica grandeza del hombre, bajo todas las circunstancias. Hay muchos instructores cuyas enseñanzas no coinciden con sus prácticas: el Maestre vive de acuerdo con su teoría sin desviarse de ella ni un instante...” (16,34)

“Nunca olvidaré al Maestre como le vi allí, en su humilde cabaña techada con paja, cuyo único mueble era un tosco banco, dos cajas de embalaje y un primitivo altar...” (7,71)

En la Navidad de 1948, el Maestre hace un reconocimiento especial a Ismael Pacheco, el primero de sus discípulos en ir al Ashram a vivir con él. El Maestre Estrada cuenta lo siguiente:
“Fue el primero en llegar al Ashram a hacer vida con el Maestre, por lo cual éste lo elogió mucho la noche del 24 de diciembre del 48... Recuerdo que... me dijo en Caracas: ‘prepare comida para 24 o 25 personas’. Él se iba a reunir esa noche cerca de Maracay, en el Ashram de ‘El Limón’. Casi no había luz pues era un pueblo retirado de la ciudad, y en aquellos tiempos había ciertas limitaciones.

Él hizo su ceremonia a las 12 de la noche y después fue a la mesa y nos sentamos todos. Un discípulo no cupo en la mesa, en realidad no había asiento, y entonces se sentó en el suelo.
El Maestre (entonces le decíamos Maestro) había preparado el pan sin darnos cuenta, y de pronto saca la cesta de pan rebanado y empieza a repartirlo. Yo estaba cerca y observé todo: dio su primer pedazo de pan a su esposa, después me lo dio a mí, luego a otro, pero había uno que yo creía que debía tocarle, pues inmediatamente capté que estaba catalogándolos a todos en el repartir del pan; pero no le tocaba a aquel hombre, pasaba por sobre él y le daba a otro y a otro, hasta que ya al pasar el tiempo le tocó a éste que yo creía era quien debía de seguir... Se dirigió a Pacheco con su último pedazo de pan -y le dijo estas palabras: ‘Doy mi último pedazo de pan a este mi primer discípulo que ha venido a convivir con el Maestro...; quiera Dios que todos sigan el ejemplo de este Discípulo’. Más tarde, el Maestre le llamó ‘el Anciano del Ashram’ aunque sólo aparentaba tener treinta años de edad”

Los Ven. S. A. Juan Víctor Mejías y José Manuel Estrada

En Venezuela, el Maestre cumple treinta y tres años de edad en el Ashram de ‘El Limón’, y otorga los primeros grados Iniciáticos de Getuls a sus discípulos José Manuel Estrada, Juan Víctor Mejías e Ismael Pacheco, el 1o de mayo de 1949.

El Maestro Estrada recuerda a su Maestre y la relación con sus discípulos:

“Él... era un hombre perfectamente normal, equilibrado, si no lo hubiese sido, no hubiera dicho estas palabras: ‘Cuando Estrada está en el Ashram, el Ashram está de fiesta’. No se refería a una fiesta religiosa, ya que él... no era persona que estaba metida en el templo; sólo entraba a él en la hora de la ceremonia y en la meditación. Se refería a que Estrada tenía un carácter alegre, sin amaneramientos, natural, sincero. En el Ashram de ‘El Limón’ en tiempos del Maestre, acostumbraban ciertos discípulos de él... cuando el Maestre les reprendía, entrar en ayuno fuerte para purificarse y en una ocasión en que le tocaba en turno al entonces Víctor Mejías, le pregunté al Maestre:

- ¿por qué ayunan?

Y me contesto: ‘No es mi culpa, Estrada, así son ellos’, y se volteó como si tratara de conformarse.”

Siguiendo una tradición milenaria, en donde los Iniciados pasan por un proceso de ‘muerte y renacimiento’, en donde se termina un ciclo de vida y se da inicio a una nueva etapa en la vida del individuo, el Maestre fue bautizado simbólicamente por el Maestre José Manuel Estrada, en ceremonia especial:

“... Ceremonia que encerró una gran trascendencia Iniciática (¿se repitió la historia atribuida a Juan el Bautista, el Muy Venerable del Colegio de los Esenios, quien anunció a Cristo y luego lo bautizó?). Fuí asesorado en aquel acto por el hoy Guru Juan Víctor Mejías, Guardián del templo de Caracas. Fue el primero de mayo, día de las altas Iniciaciones, durante la Ceremonia Cósmica celebrada por el Maestre en el Ashram a las diez de la mañana en el patio del antiguo terreno, hoy residencia de su esposa. Recuerdo que la Ceremonia tuvo lugar al aire libre bajo un cielo limpio con un sol tropical y, como diría el Maestre, ‘entre la jungla’... Debo aclarar que aquella especie de bautismo no se hizo con agua; fue una ceremonia con imposición de manos. Sería aquel acto una Iniciación transmitida de manos del H:. M:. con sus cuarenta y ocho años al Maestre con sus treinta y tres años ¡Misterios del Gran Sendero...!” (6,80/123)

El 2 de junio de 1949 el Maestre parte de Venezuela hacia Nueva York para participar en el Congreso Internacional de la Paz, dejando atrás dieciséis noches y dieciséis días de permanencia en Venezuela.

El Maestre permanece en Nueva York junto a sus discípulos Juan Víctor Mejías (quien posteriormente lo acompañara en la primera etapa de su viaje a la India), y Alfonso Gil Colmenares (quien le sirve como secretario) En septiembre de 1949, el Maestre viaja a Hortontown, en donde considera la posibilidad de establecer un Ashram. Ahí es captado en una fotografía frente a un emblema en piedra que representa el pi (símbolo del cielo) en la cultura china.

El 18 de enero de 1950 el Maestre de la Ferrière otorga al Maestre José Manuel Estrada, quien haba llegado a Nueva York el día anterior, el grado y título Iniciático de Gag pa, transmitiéndole de manera especial la ordenación sacerdotal y delegando en él sus poderes Iniciáticos, responsabilizándolo así de la continuidad de la Tradición de Maestros y discípulos a la cual pertenecen.

El Maestre Estrada recibe en este acto una enorme responsabilidad como el primero y el más experimentado de los discípulos del Maestre, lo cual lo lleva más allá de otras consideraciones, a construir sin descanso la obra que su Maestre le encomendó específicamente a él.

Muchos años después, algunos meses antes de fallecer, el Maestre Estrada, en una entrevista con el Venerable Maestro Juan Víctor Mejas, en la sede de la fundación de la Ferrière en la ciudad de México, comenta, cómo el Maestre de la Ferrière transmitió a ambos con diferencias específicas el ritual del Ceremonial, as como otros aspectos de su enseñanza, impulsando así dos modelos diferentes del desarrollo de la Gran Fraternidad Universal.

El Maestre de la Ferrière, al ordenar como sacerdote al Maestre Estrada el 18 de enero de 1950, entregó a su primer discípulo su altar, que el Maestre Estrada conservó hasta su desaparición física. Ahora éste obra en poder de sus discípulos como símbolo de la continuidad de su enseñanza.

El Maestre de la Ferrière inicia su viaje a la India en compañía de su discípulo Juan Víctor Mejías, pasando previamente por Amsterdam y Bruselas, hasta llegar a París. Posteriormente llega el 15 de marzo de 1950 al puerto de Colombo, capital de Sri Lanka (antes Ceilán)

Después viaja a Jaffna, al extremo norte de la isla de Sri Lanka y es recibido en la misma estación por Swami Navaratman. Este encuentro es organizado por un discípulo del Maestre, Roger Simetyes, quien le habló de su Maestre al Swami y le informó que él iba a viajar a la India.
El 20 de marzo de 1950 el Maestre viaja a la ciudad de Madrás en la India:

“En el avión fuimos dos pasajeros solamente; en hora y media estábamos en la India. En el Gran Hotel de Madrás yo vivo los últimos días, los últimos momentos, como europeo. Como un rico, tengo un cuarto de príncipe y los servidores son cuatro o cinco al primer movimiento mío; de todas partes dicen que soy el Cristo; muchos piden mi retrato; algunos invitan al fotógrafo para tomarse a mi lado... aquí la Misión Acuarius es una cosa natural.

La vida es muy barata en la India, pero cuántos pobres hay; yo distribuyo los centavos todo el día: los muchachos lloran de hambre. En Madrás, la vida es como la de toda gran ciudad; pero en los otros pueblos no hay muchas mujeres en las calles; el elemento femenino es humilde, sumiso; una mujer puede ser un Sanyassín o un personaje importante y los hombres le sirven sin reconocer su calidad; el espíritu es aquí Rey”.

El mismo día (20 de marzo), desde la misma Ciudad de Madrás, el Maestre de la Ferrière le escribe una carta al Maestre Estrada en la que le dice:

“Yo vivo mis últimas horas de Maestre, después me voy a convertir en mendigo, eremita, errante. Yo me quito todo, hasta mis vestidos, para ponerme dos pedazos de tela azafrán-rojo de los Sanyassín (hombre que ha renunciado a todas las acciones mundanas y va de pueblo en pueblo predicando, sin dinero, sin casa, sin maletas, sin pañuelo, el pecho desnudo, etcétera...)
Usted es el solo responsable de la Misión. Puede llamarse Maestre o Maestro, Venerable o Superior, etcétera...

Mi trabajo se termina. Son los discípulos ahora quienes deben administrar el movimiento. Yo enseño el trabajo: recuerde que muchas veces yo le avisé que eso que yo predico es una mitad de verdad, que después le avisaría que todo es falso. El momento ha llegado.

Yo predico los primeros elementos de la Iniciación porque fue necesaria esta transición. Es parte del camino hablar de grados jerárquicos, pero en realidad hay que olvidar todo: libros, tradición, ritual, etcétera... para realizar; no creer sino Saber. Sólo la experiencia puede desarrollar al discípulo. Yo no puedo hacer más para vosotros que eso que hice: fue mi Misión de sembrar y preparar el terreno; ahora al trabajo y tratar de entender el camino, el Tao...

Puede usted avisar (esto) a todos sin excepción; no tiene ahora el secreto más importancia...

Yo regresaré en algunos meses o algunos años... Una línea espiritual interamericana es indispensable, pero real, organizada con Ashrams sobre todo el continente, de los Estados Unidos hasta Argentina y el sur de Chile. Cuando esté listo yo avisaré a los Gurus, los Sanyassín, los Saddhus, etcétera, que pueden caminar de un centro a otro, recibir hospitalidad y venir a predicar algunas semanas en cada país”. (59,25)

El Maestre viaja en ferrocarril desde Madrás, durante cuarenta y dos horas, al norte de la India a donde llega el 23 de marzo de 1950. Continúa durante el mes de abril su peregrinaje vestido ya con la guerrúa de Sanyassín, visitando la ciudad de Benarés. Recorre en este peregrinaje las ciudades de Lucknow, Janshi, Delhi y Barata. Durante los meses de junio, julio y agosto, el Maestre retorna y permanece en la India. El día 21 de julio de 1950 escribe desde Calcuta a los moradores del Ashram de “El Limón”: Ismael y Zoila Pacheco:

“Antes de salir de la India, quise escribirles un poco a vosotros, los fieles vigilantes de nuestro querido Ashram. Es particularmente de él que quiero hablar. El Ashram tiene una significación muy particular y me gustara que vosotros lo entiendan. Tengo la prueba de vuestra sinceridad con las contestaciones que han dado a los perturbadores elementos que tratan de cambiar vuestro destino... Estrada me confirmó vuestra actitud y la vida correcta que vosotros están llevando. Me alegro de ver a dos discípulos unidos (para) guardar firmemente el Ashram en representación de su Misión, en testimonio de respeto a lo que fundó el Maestre.

Una cosa importante para vosotros es leer un libro cada día; no se cansen de estudiar, cualquier obra les puede dar enseñanza y siempre pueden sacar algo de su lectura. Es así que se va caminando en el Sendero Iniciático. No olviden tampoco sus âsanas diarias. El Yoga es la base de la Iluminación completa. No les digo que se pongan en contacto con el Maestre porque creo que no es necesario, parecida instrucción a la que yo les podría dar vosotros seguramente siguen.

Mejías está aquí ahora, no tengo más nada que hacer en este sector y el lunes pasamos una frontera más, de donde es difícil escribir; por eso quería, antes de mi nuevo silencio por algún tiempo, dar mis cariños al Anciano y su Zoilita.”

El Maestre viaja nuevamente solo a Lhassa (en el Tibet), desde Darjeeling, a través del noroeste de Nepal.

En carta dirigida al Maestre Estrada, con fecha 22 de julio de 1950, el Maestre de la Ferrière le explica:

“Aquí estamos trabajando muy poco... debo confesar que no es la Misión para la India; la Nueva Era con su enseñanza es para el continente americano, no lo olvide. Sé que están en Oriente los vestigios de la civilización Iniciática, y todavía tratamos de conservar algunos Centros, pero (hay) menos y menos Colegios Iniciáticos; (lo que hay) son Gurus y a veces grupos o Ashrams; pero (cada vez) más y más exotéricos, porque con la civilización, las circunstancias sociales y tantas otras cosas que usted sabe -el mundo profano (por no decir la política)- se va introduciendo en eso y así se pierde el Conocimiento. Éste debe reaparecer (como en la antigüedad de los Mayas, Incas, Atlantes, etcétera) en América, para dar al mundo la nueva Luz, o sea, la Tradición de los Ancianos, a la cual hay que agregar la parte cultural nueva del vivir futuro.

Por consiguiente, yo tengo muchos deseos de tener lo más pronto posible algunos verdaderos Acuarianos, con sus respectivos títulos Iniciáticos, que puedan enseñar al mundo.

Yo di, durante mi temporada en Venezuela, las más importantes bas es. Si vosotros asimilásteis todas las clases y charlas de mis diecisiete meses en vuestro país... hay bastante material para que vosotros puedan ya instruir como lo hice yo. No quiero decir que tenga la idea de abandonarlos, pero sería conveniente que algunos (como los miembros del Círculo Esotérico) puedan dictar conferencias, viajar y tener la maestra de la conversación...”

De regreso a la India, el Maestre viaja a Birmania rumbo a Siam (hoy Tailandia), esta vez en compañía nuevamente de su discípulo Juan Víctor Mejías, pero, por carecer de los visados consulares respectivos, tienen que permanecer ambos en Birmania. Aquí es donde, caminando por la calle, se encuentran a un anciano budhista a quien respetuosamente saludan. El Venerable anciano les saluda afectuosamente y se dirigen a su casa donde se realiza una ceremonia de imposición de manos y palabras en tibetano. El anciano era un delegado del Dalai Lama, quien tenía encargado buscar al Maestre. Éste último nos habla de este encuentro:

“El hermano Mejías estuvo presente a mi lado cuando en una sesión en Burma (Birmania), el delegado del Dalai Lama pronunció estas palabras: el Doctor de la Ferrière, el Maestre, el Sat Guru Chandra Bala, no es solamente el Boddhisattva, sino el Avatar esperado...” (56,17)

El 31 de octubre de 1950, el Maestre viaja acompañado de su discípulo Juan Víctor Mejías a Australia, donde desarrolla una intensa actividad de difusión de la Institución. Imparte en esta etapa diversas conferencias que dan como resultado las cincuenta y dos lecciones de La magia del Saber, escritas en inglés, las cuales él remite a Venezuela para que se editen con una metodología de las materias desarrolladas a fin de que se presenten como cuadernos bien elaborados, con una introducción y una mayor explicación, como una serie de cursos. Estas conferencias fueron mimeografiadas en Perth, Australia.

De 1950 a 1952, el Maestre se establece en Australia y el Maestro Mejías retorna a Venezuela y realiza en el trayecto diversas giras por Malasia, China, Oceanía y las Islas al sur de Australia:

El 12 de noviembre de 1952, el Maestre informa a sus discípulos de su retiro de la actividad pública para dedicarse a una función más esotérica. Sin embargo, es hasta el 3 de diciembre de 1953 que da inicio propiamente a su retiro. En ese lapso intermedio viaja a Japón y retorna a la India haciendo diversos contactos con instituciones culturales.

Desde su retiro en Europa, el Maestre busca establecer una distancia suficiente con sus discípulos para evitar el culto al personaje; sin embargo, esta actitud continúa en diversos países, por lo que él reitera inclusive como una prohibición dentro de la GFU la veneración religiosa a los dignatarios de la Institución:

“... hay que llamar la atención sobre el hecho prohibido de glorificar a los dignatarios y, por ejemplo, utilizar nombres de personajes para designar a los Centros de la G.F.U., lo que da una mala impresión a la gente que también podría pensar que se trata de una nueva secta religiosa que denomina sus parroquias con nombres de Santos” (56,3)

El 7 de diciembre de 1962 el Maestre envía sus últimas cartas a sus discípulos desde San Martín Vesubie, en los Alpes Marítimos. De ahí lo trasladan el 24 de diciembre a su domicilio en Niza, donde falleció la noche del jueves 27 de diciembre de 1962, a las 19:30 horas, mientras dormía.

Sus pertenencias son recogidas por el discípulo que más tiempo vivió junto a él, Juan Víctor Mejías y permanecen en la Sede de la Fundación de la Ferrière, en el templo de la sede central, en Caracas, Venezuela. El Maestro Mejías narró su viaje a Europa con este motivo:

“...mi compañero de viaje fue el hermano Aníbal Beaumont, quien alquiló un carro sin chofer, y debido a que él había visitado en años anteriores varias veces al S. Maestre, fue fácil llegar. A las 4.30 p.m. nos encontrábamos ya frente al edificio del departamento de la 10 Avenue D´Anvers... Al entrar nos dimos cuenta de que todavía en las casillas de correspondencia permanecía la tarjeta con el nombre del Doctor de la Ferrière y, en tinta, el de Mme. Cucchietti. Subimos hasta llegar al apartamento indicado por estos nombres. Tocamos y nos atendió la dueña del apartamento, quien con sorpresa me preguntó si era el Guru Mejías. Le dije que sí y ella me contestó: Lo sé por el libro Yug Yoga Yoghismo y por ciertas referencias del Maestre. Nos invitó a pasar hasta el recinto que él habitaba. Una vez sentados iniciamos la conversación en inglés, que ella domina perfectamente.

El Maestre tenía algunos amigos en Niza - dijo ella - entre los cuales estaba yo, interesados por el aspecto intelectual y científico de las obras del Doctor de la Ferrière. A este título, como le dije ya, le prestaba algunos servicios de secretariado benévolo, escribiéndole a máquina sus correspondencias, en inglés y francés, cuando me lo pedía. Puse una habitación de mi apartamento a su disposición cuando él se encontraba en Niza, en la que poda disponer de un sofá cama, de un escritorio, de una máquina de escribir y de un mueble donde podía clasificar sus archivos y colocar sus objetos personales” (8,46/47)

En la entrega de los documentos, archivos y prendas personales del Maestre, la señora Cucchietti se asistió de un abogado como testigo de la entrega. El Maestre había pedido que todas sus pertenencias fueran enviadas a la sede de la Fundación de la Ferrière en Caracas, pero los costos que implicaban esos envíos le impidieron a la señora Cucchietti realizar el envío, por lo que solicitó la presencia del Maestro Mejías en Niza.

Las pertenencias del Maestre que el Maestro Mejías recibió constan de la correspondencia que el Maestre tenía pendiente de contestar; la correspondencia llegada después de su deceso; la guerrúa y la lota que el Maestre utilizó como Sanyassín en su peregrinaje al Tibet; las sandalias, el mandala; los archivos del Maestre, consistentes en dos cintas magnetofónicas, un lote de discos, un sobre de fotografías y recortes de prensa, así como diversos ejemplares de sus libros en inglés, francés y español.

“También nos entregó la fotocopia del certificado de defunción número Acto 4344, expedido por Letat Civil Delegu C. Vajurd con fecha 28/12/62, así como la copia fotostática del acta de inhumación del cementerio del este de Niza, número de concesión 39898, fosa número 5291, con fecha de inhumación del 29 de diciembre de 1962” (8,46/47)

El fallecimiento del Maestre generó una gran interrogante sobre sus causas médicas algunos especialistas diagnosticaron diabetes oscilante, diagnóstico que más tarde resultó invalidado por un siguiente examen médico que no detectó ninguna enfermedad. La señora Cucchietti afirmó en una primera versión que se trató de un sincope, versión que fue tomada como cierta por las tías del Maestre, porque coincidía con las causas de la muerte del padre del Maestre. El Maestro Mejías continúa relatándonos:

“Debo presentar el siguiente punto de referencia: en una de esas oportunidades en que conversaba con Madame Cucchietti, me platicaba que el Maestre permanecía todo el tiempo en la casa y que ella, antes de salir para su oficina, le decía que en la nevera quedaban algunas frutas y alimentos lácteos, pero él seguía encerrado en su cuarto y no se oía más que el teclado de su máquina de escribir y sólo en ocasiones especiales guardaba un gran silencio. Esto y cien cartas a la semana daban la razón al médico para su diagnóstico. Pero la verdad, ellos no lograron dar con la enfermedad que aquejaba al Maestre...” (1,312)

La señora Cucchietti le informó en esa ocasión al Maestro Mejas que el Maestre no quería que se le retratase en su etapa de retiro en Europa, y por ello no contaba con fotografías recientes de él. Ella recordaba los últimos meses de la vida del Maestre en los que vivió en su casa:

“Él era muy inteligente y bien parecido; hablaba varios idiomas; escribía libros y atendía muchísima correspondencia que le llegaba continuamente. Constantemente viajaba a otros países y ciudades y se ausentaba con frecuencia (porque se iba) a los Alpes. Él me contó de la GFU, que haba fundado en Venezuela, de la Era del Acuarius, de Yoga, y de muchas cosas que yo no estaba en condición de entender. Sabía de astrología y era vegetariano, pero él decía que si serlo representaba un problema para mí, que no tenía que seguirlo... era muy comprensivo con los jóvenes que venían a buscarlo para contarle sus problemas, él respondía a sus preguntas con mucha paciencia y les aconsejaba “(8.b,23)

Continúa recordando la señora Cucchietti:

“A causa de mi trabajo en el consulado de Holanda lo veía poco, no obstante, siempre le dejaba alimento preparado en el refrigerador. Él trabajaba muchísimo y me preocupaba que cuando yo regresaba del trabajo la mayoría de las veces encontraba la comida intacta” (8.b,23)

En el año de 1968, una pareja de discípulos del Maestre Estrada, Carolina y Gonzalo del Pozo, ambos miembros de la primera Escuela Preiniciática de la GFU, línea Solar, en la ciudad de México, viajan a Europa. Visitan a la Señora Catherine Cucchietti, quien los recibe en el apartamento de la calle de Anvers número 10, en el barrio de Cimiez, en Niza, en donde el Maestre vivió sus últimos momentos. Después de una charla imprescindible sobre la vida del Maestre, ella les informa que al mover unos muebles de su casa encontró un paquete, que pertenecía al Maestre de la Ferrière, y les pidió que lo llevaran a los discípulos del Maestre en América.

La pareja, Carolina y Gonzalo del Pozo, a su regreso a México, le hacen entrega al Maestre Estrada del paquete referido, quien escribe al Maestro Mejías comunicándole de su existencia. Sin embargo, en esta época los miembros de la Fundación de la Ferrière haban optado por regresar toda documentación que les fuera enviada por el Maestre Estrada o por sus discípulos sin, por lo menos, abrir la correspondencia para enterarse de su contenido. Esto sucede con la carta del Maestre Estrada al Maestro Mejías.

El Maestre Estrada decide, ante esta respuesta, abrir el paquete y enterarse de su contenido. Encuentra así la cruz pectoral que representa el séptimo grado (Sat Guru) del Maestre de la Ferrière. El Maestre Estrada comunica a sus discípulos de este acontecimiento, y nos comenta de la importancia y significación de este suceso que permite a los miembros de la línea Solar continuar en el desarrollo de la enseñanza del Maestre, a través de los símbolos que él dejó establecidos.

Así, el emblema del Maestre representativo de su séptimo grado Iniciático quedó en posesión de su primer y más avanzado discípulo.

Esta ruptura de comunicación temporal, entre los dos primeros discípulos del Maestre de la Ferrière, José Manuel Estrada y Juan Víctor Mejías, dio la oportunidad en un sentido profundo, a que cada discípulo del Maestre siguiera su propio camino en la difusión de su enseñanza, desde su propia perspectiva y comprensión. A cada cual la vida les encomendó pertenencias diversas del Maestre de la Ferrière, y lo más importante, la continuidad de una Tradición.

Al desaparecer físicamente el Venerable Maestro Juan Víctor Mejías, al finalizar el siglo XX, la Suprema Orden del Acuarius, a través de esta breve memoria, reitera su reconocimiento, su aprecio por su presencia, su aportación y su enseñanza...

* Fragmentos del libro: El Maestre Serge Raynaud de la Ferrière, de Adrián Marcelli, Solar Editores, México 1993.